Un buen perfume podría ser «una solución momentánea» para quien no le gusta darse un baño. Pero hay una fragancia… la fragancia de Cristo que tiene cada persona que ha decidido confiar y vivir su vida con Cristo.
Hoy estaremos analizando la actitud de María, quién derramó su perfume en los pies del Señor.
En esta capacitación estaremos viendo:
- Diferencias entre Judas y María.
El frasco tenía que ser roto para soltar su fragancia. De la misma manera lo es con nosotros. Tu forma de vivir, de pensar y de actuar debe romperse para que la fragancia de Cristo pueda expandirse.
¿Cuánto vale Jesús para ti? ¿Estás dispuesto a «romperte»?
¡Sólo así las personas podrán sentir el aroma de Cristo en tu vida!
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