Hoy estaremos reflexionando sobre un pequeño libro sobre la vida cristiana, escrito por Robert Munger. Él compara nuestro corazón con una casa donde cada habitación es un área de nuestra vida y, Cristo, nuestro Huésped desde que lo recibimos como nuestro Salvador.
Si Cristo es nuestro Huésped… ¿se sentiría cómodo en nuestra casa (corazón)?
¿Habría alguna habitación en la que no quisieras que Él entre? ¿Cuál?
¿Qué plan de acción propones para que se sienta «como en casa»?
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