Para ayudar a otros, primeramente debemos estar bien. ¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? los dos caerán en un pozo. Pero para estar bien, no debemos estar solos. Dios nos ha diseñado para ser parte de una familia. Ser parte del cuerpo de Cristo nos permite crecer saludablemente.
Cristo es la cabeza y nosotros, como iglesia, su cuerpo. Pero el problema radica en que lamentablemente «la columna vertebral de este cuerpo» son las actividades y eventos en vez de las relaciones profundas y el discipulado uno a uno.
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En esta capacitación aprenderemos:
- La importancia de desarrollar tres tipos de relaciones: tener un Pablo, un Bernabé y un Timoteo para tu crecimiento saludable.
- Claves para mantener adecuadas relaciones con nuestros hermanos.
Para reflexionar… ¿Eres un caudillo o llanero solitario de la fe?
¿Qué te parece si esta semana pides a Dios sabiduría para encontrar: un Pablo para aprender de él, un Bernabé para trabajar juntos por el Reino y un Timoteo para ayudarlo en sus primeros pasos? ¿Estás dispuesto? Déjanos tus reflexiones aquí